Constantino es el último artesano en Izúcar de Matamoros que trabaja el barro policromado.
Constantino Flores es el guardián de las artesanías del barro policromado en Izúcar de Matamoros, un oficio que se niega a desaparecer. Es conocido como el último artesano dedicado a la elaboración de figuras de barro policromado en la región, especializándose en el icónico árbol de la vida, una tradicional ofrenda para recién casados.
A pesar de la importancia cultural de estas piezas, la tradición corre el riesgo de perderse, ya que ninguno de sus hijos ni nietas ha mostrado interés en continuar con el legado familiar. Constantino ha expresado que solo consideraría heredar su conocimiento a alguien de su linaje directo.
El árbol de la vida representa la unión y el inicio de una nueva familia, con la figura central de San Miguel Arcángel como protector del hogar. Aunque estas tradiciones se han ido desvaneciendo con el tiempo, las artesanías de barro policromado han sido reconocidas como Patrimonio Cultural del estado de Puebla desde hace más de diez años.
Ejemplares destacados, como uno perteneciente a la familia Rockefeller exhibido en el Museo de Arte de San Antonio, muestran la relevancia internacional de estas creaciones, habiendo sido admiradas incluso por figuras como John Lennon, quien tuvo un árbol de la vida en su hogar.